Padre responsable
El padre responsable es aquel que piensa que su
hijo puede tomar decisiones o al menos las discute con él; el que estimula su
independencia y autonomía; el que cree en el respeto mutuo y en la entrega a
los demás; el que fija normas realistas y coherentes, y el que educa partiendo
del amor y la tolerancia. También lo es aquel que deja atrás comportamientos
que suelen ser inherentes al rol masculino en la sociedad
Piensa en hacer feliz a su hijo, un hombre que
busca la felicidad de su pequeño es cuidadoso para que este sea estable
emocionalmente. Demuestra afecto y respeto. Abraza, besa y pronuncia palabras
dulces. No teme decir ‘te quiero’. Enseña a su hijo a identificar, expresar y
aceptar sus sentimientos, reconoce y acepta las emociones le permite al ser
humano convivir con tranquilidad y tener relaciones sociales más armoniosas.
“El hombre es un ser que tiene la capacidad de expresar sentimientos tiernos y
positivos, con aceptación y orgullo, rompiendo el estigma de que la masculinidad
implica brusquedad y ocultar sentimientos.
Un padre es una figura clave dentro del hogar,
pues enseña y aporta cosas diferentes a las de una mujer, es práctico, no tan verbal, más concreto y
aporta soluciones a problemas. Muestra el mundo a su hijo y enseña ‘logros
motores’.
Impulsa aprendizajes como montar bicicleta, triciclo, trepar,
correr, saltar y tomar riesgos, Dedica tiempo exclusivo para el juego. El padre
no solo se divierte con su pequeño, sino que le enseña sentimientos de gozo y emotividad.
La vida en cuanto a ganar, perder, respetar turnos, ser
honestos, seguir reglas, compartir y trabajar en equipo. Reconoce los logros de
su hijo y le permite aprender de los errores.
Educa y corrige sin maltratar. Un padre debe ser claro y coherente
con los límites que establece. “Si trabaja todo el día y la mamá se queda en
casa y es quien maneja las rutinas de cuidado, sueño y alimentación con los
niños, el hombre debe ponerse de acuerdo con ella en aspectos básicos para estructurar
las normas del hogar”
Además, que después del
trabajo, se involucra en las rutinas de sus hijos. Es clave que el papá cumpla
lo que diga en cuestión de límites, sin agredir física o verbalmente, sino que
a partir de normas claras, le cuente al niño por qué son importantes para la
convivencia familiar. Resalta el comportamiento adecuado pero corrige con
claridad el inadecuado. Es necesario expresar palabras de aliento cuando el
infante hace las cosas bien y hacerle caer en cuenta de sus errores. Reconoce sus fortalezas y debilidades. Así le
ayuda a su hijo a identificar y discriminar las propias. Es coherente con lo
que piensa, siente y hace. Los niños imitan lo que ven, así que hay que darles
buen ejemplo. Tiene buenas habilidades de comunicación. “Escucha con atención,
hace contacto visual, respeta la palabra de su hijo y comparte sus anécdotas”.
Para un niño es importante que su padre lo escuche. Modela el significado de
ser hombre. Le enseña a su hijo a construir relaciones desde lo masculino.
Sabe quién y cómo es su hijo. El comportamiento de los niños es
impredecible, pero hay características propias que definen su temperamento. Lo
importante es que el padre le dedique tiempo, se involucre en su crianza y no
busque convertirlo en un ser perfecto.
Estar presente, dar
ejemplo, amar y ser amado. Es una imagen con la que sus hijos se pueden
identificar. Sentir las alegrías y molestias del embarazo a la par con su
pareja y volverse comprensivo al compartir las necesidades y cambios que ésta
manifiesta durante la gestación. Se prepara con su esposa para tener un parto
saludable y la acompaña en este momento. Participa en labores como el baño, la
alimentación, el vestido; además, ayuda con trabajos domésticos y disfruta el
placer de ver crecer a sus pequeños. Cree en él como padre y actúa
en consecuencia. No existen labores exclusivamente femeninas o masculinas, pues
los hombres también son capaces de participar de las tareas del hogar.
"Un buen padre NO es aquel que exige perfección o cree que
siempre tiene la razón”, "Hay que hablar antes de gritar. Un niño aprende
con hechos”. "Un hombre guia con amor".
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